Ref. 101198
Localización: R.1299 Archivo
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Palabras clave:
Desempleo, Inclusión laboral, Juventud, Modelos, Programas de inserción, Teoría, Transición
Resumen:
Si la crisis económica de 1929 trajo consigo innumerables trabajos centrados en las consecuencias psicológicas que el desempleo prolongado puede producir en los individuos, la crisis energética de mediados de la década de los setenta desencadena una multitud de investigaciones sobre los jóvenes y el empleo. No es fácil disponer, sin embargo, de una síntesis de las teorías sobre los procesos de inserción laboral, tal y como se presentan en los marcos explicativos que han ido apareciendo en los últimos estudios conocidos sobre el tema, que es lo que este trabajo pretende ofrecer. De esta manera se sistematizan las aportaciones que se han ido produciendo. Desde los planteamientos neoclásicos, que consideran a las leyes del mercado como las determinantes del acceso al empleo, pasando por la teoría del capital humano y por las teorías credencialistas, que relacionan el nivel educativo con los logros laborales, así como por las teorías de la correspondencia, que consideran a la procedencia de clase como la determinante de las trayectorias académicas y profesionales, la perspectiva estructural del mercado de trabajo, que otorga importancia l a relación entre las estructuras existentes en el mercado de trabajo y los logros laborales, y las teorías de base individual, para las que el sujeto es el agente de su propio proceso de inserción laboral, hasta concluir con los modelos integrales, que apuestan por una perspectiva multidisciplinar e implican loa aspectos sociales e individuales como explicación de los itinerarios laborales. En todo caso, los jóvenes tienen que vivir una etapa de transición, que, desde la década de los sesenta deja de ser automática y se convierte en un proceso complejo, que forma aparte ya del ciclo vital y que se sustenta en una información suficiente, en una actitud positiva y en la adquisición de unas destrezas adecuadas. Se examina, finalmente, lo que el trabajo en prácticas en las empresas puede aportar al denominado proceso de inserción laboral de los jóvenes de nuestras sociedades, como experiencia que se comienza a considerar de cierta utilidad práctica.